Y sabréis que yo soy el Señor que habita en Sion. Muy graciosamente presente con vosotros, y siempre velando por vosotros y deleitándome en salvaros. Entonces Jerusalén será santa. Después que los enemigos de la iglesia sean destruidos, el Mesías ha venido y el remanente será salvo, el pueblo de Dios será santo. No pasarán extraños por ella. No se hallará profano o inmundo en la iglesia de Cristo.

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