Gedeón hizo un efod de él. No de todo; pues entonces habría sido demasiado pesado para su uso; pero de parte de él, el resto probablemente se emplee en otras cosas que le pertenecen; que en otros lugares están comprendidos bajo el nombre del efod, como Jueces 17:5 . Ponlo en su ciudad No como un monumento de la victoria, porque tales monumentos no eran ni propios ni habituales; sino para uso religioso, para lo cual fue designado el efod. El caso parece ser el siguiente: Gedeón habiendo erigido por orden de Dios un altar en su propia ciudad, Ofra, ( Jueces 6:24,) por un tiempo y una ocasión extraordinarios, se pensó que podría continuarse para uso ordinario; y por lo tanto, como tenía la intención de procurar sacerdotes, se propuso hacer vestimentas sacerdotales, y especialmente un efod, que era el principal y más costoso; el cual, además de su uso en ministraciones sagradas, fue también el instrumento por el cual se indagó y descubrió la mente de Dios, 1 Samuel 26:6 ; y podría parecer necesario que el juez tenga esto a mano, para poder consultar con Dios en todas las ocasiones. Israel se prostituyó. Cometió idolatría con él; o fue allá para preguntar la voluntad de Dios, por la cual fueron extraídos del verdadero efod, instituido por Dios para este fin, que debía ser usado únicamente por el sumo sacerdote. ¿Qué cosa se convirtió en una trampa?Una ocasión de pecado y ruina para él y para él, como muestra el próximo capítulo. Aunque Gedeón era un buen hombre, e hizo esto con una mente honesta y el deseo de establecer una religión en su propia ciudad y familia, sin embargo, parece haber muchos pecados en ella: primero, superstición y adoración de la voluntad, adorar a Dios por un dispositivo propio, que estaba expresamente prohibido: 2d, Presunción, al usar u obligar a otros sacerdotes a usar este tipo de efod, que era peculiar del sumo sacerdote: 3d, Transgresión de un mandamiento claro, de adorar a Dios ordinariamente pero en un lugar y un altar, Deuteronomio 12:5 ; Deuteronomio 12:11 : 4º, Haciendo división entre el pueblo: 5º, Poniendo tropiezo o ocasión de idolatría ante ese pueblo, que él sabía que era demasiado propenso a ello.

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