Cuando alguno santificare su casa por voto; porque de esa manera y manera de santificación él habla en todo este capítulo. Este es el tercer caso, y debía ser regulado por la misma ley que el último mencionado. El sacerdote debía valorarlo con justicia; y si la parte prefería pagar el precio que separarse de la casa, debía someterse a la ley promulgada en el caso anterior.

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