Derramó el aceite sobre la cabeza de Aarón en abundancia, como aparece en Salmo 133:2 , mientras que otras personas y cosas solo fueron rociadas con él; porque su unción era tipificar la unción de Cristo con el Espíritu, que no le fue dada por medida. Una medida de la misma unción se da a todos los creyentes, a todos los miembros del cuerpo místico de Cristo, quienes, en virtud de su unión con su cabeza viviente, participan de los dones y gracias del Espíritu Santo que estaban en él. Lector, ¿has recibido una medida de ellos? Recuerde, si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.

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