Velad, pues, que vuestra mente esté completamente despierta al sentido de la certeza y la importancia de estas cosas, y esté alerta para que no os sorprendan desprevenidos, sino para que estéis preparados para encontraros con Cristo en el camino del juicio o de la misericordia; porque no sabéis a qué hora vendrá vuestro Señor, o para vengarse de esta nación, para demandar de vosotros vuestra alma, o para llamaros a vosotros ya toda la humanidad a su barra. Estén ustedes también listosAsegurándose del favor de Dios, y estampada con su imagen, y por una santa muerte a los objetos de este mundo incierto y transitorio, del que tan pronto debe abandonar, y puede ser llamado a partir en un momento de advertencia; prepárate para recibir todo acontecimiento de la divina providencia con resignación a la voluntad de Dios y con una perfecta conformidad con la sabiduría de todas sus dispensaciones, plenamente persuadido de que todas las cosas les obrarán bien a los que le aman.

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