Entonces los levitas, Jesúa, etc., dijeron: Levántate y bendice al Señor por los siglos de los siglos. Alabadlo y dale gracias, mientras tengáis existencia; y bendito sea tu glorioso nombre, que es exaltado por encima de toda bendición y alabanza, cuyas super-excelentes perfecciones, las criaturas más nobles no pueden magnificar dignamente. Es probable que los levitas lo elogiaran con estas o palabras similares, en las que todo el pueblo se unió, ya sea con los labios o con el corazón.

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