Abrió la boca. Le confirió el poder de hablar y razonar para ese momento. Balaam dijo que Balaam no estaba muy aterrorizado con el habla del asno, porque tal vez estaba acostumbrado a conversar con los espíritus malignos, que se le aparecieron y conversaron con él en forma de diferentes criaturas. O, tal vez, estaba tan cegado por la pasión que no consideró la extrañeza de la cosa.

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