No robes a los pobres , etc. Así, después del solemne prefacio precedente, entre las principales reglas de vida que estaba a punto de establecer, el primero en recomendar esta, no es perjudicial para los pobres; especialmente oprimiéndolos en una forma de justicia: como si hubiera dicho: Nunca abuses de tu poder para despojar al que está en una condición miserable; porque es pobre y no puede resistirte ni vengarse de ti. No te aproveches de su pobreza. O esta cláusula puede considerarse como un argumento en contra de robarle; como si hubiera dicho: Porque es objeto más adecuado para tu piedad y caridad, que para tu injusticia y crueldad; es vil e inhumano aplastar a una persona así.

Ni oprimas al afligido en la puerta En el lugar del juicio, ni bajo pretexto de justicia; y mucho menos de otras formas, donde no hay color de justicia. Porque el Señor defenderá su causa, la cual se ha comprometido a hacer de una manera peculiar; y se echan a perder el alma de aquellos que echan a perder les quitaré no sólo sus bienes, sino también su vida. Así les recompensará plenamente su maldad.

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