Defiende mi causa, oh Señor , etc. Toma mi parte y defiende mi causa contra los que me contienden y me han hecho la guerra; porque no puedo defenderme, y no tengo nadie más que comparezca por mí. Toma escudo y adarga con que cubrirme y defenderme; es decir, sé mi protector y consérvame bajo el escudo de tu omnipotente providencia. Y ponte de pie por mi ayuda. Opónteles y evita todos sus asaltos. Saca también la lanza Tus armas ofensivas y defensivas. Golpéalos y defiéndeme. Alude a la práctica de los soldados en la batalla. Detener el camino, &C. En el que avanzan directa y furiosamente contra mí. Que corran sobre la lanza y la espada, si continúan persiguiéndome. Dime a mi alma que es, a mí, o, primero, por tu Espíritu asegurándome de ello; o, 2d, por tu providencia que lo efectúa. Confirma mi alma en esta creencia, que al fin me librarás de esta persecución.

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