Hasta que entré en el santuario de Dios. Hasta que consulté con el oráculo o palabra de Dios. Alude a la práctica de aquellos tiempos, que era en casos oscuros y difíciles de recurrir al santuario de Dios, y al oráculo en él, en busca de satisfacción. Entonces entendí su finalAllí me enteré de que su prosperidad era corta, y pronto tendría un final, y ése uno muy terrible; que su hermosa mañana sería seguida por una noche oscura y espantosa, y una noche eterna. “Este es el tercer argumento con el que podemos reprimir el espíritu de murmuración y desconfianza, tan apto para excitarnos con la prosperidad de los malvados; y nos es comunicada por la palabra de Dios, la única que puede familiarizarnos con lo que será el fin, la porción final de los pecadores. Ésta es una flecha del carcaj celestial, que derriba a nuestro enemigo de inmediato y postra a Dagón ante el arca ".

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