¿Quién conoce el poder de tu ira? ¿La grandeza, la fuerza y ​​los terribles efectos de tu ira, concebida contra los hijos de los hombres, y en particular contra tu propio pueblo, por sus pecados? Pocos o ninguno lo aprehenden suficientemente, o lo creen firmemente, o lo consideran debidamente, o se ven afectados con razón por él: todos los detalles que se comprenden bajo esta palabra sabe. Incluso de acuerdo con tu temor, así es tu ira. Es decir, como algunos interpretan las palabras, “En proporción al temor y reverencia que te son debidos como el gran Señor y Soberano del mundo, así pueden esperar los transgresores de tu ley su castigo ". O, según el temor y el pavor que los hombres pecadores tienen, o deberían tener, de ti, un Dios justo y santo, así es tu ira.Tiene toda su proporción, es más, la supera con creces. Estos temores de ti no son aprehensiones infundadas, los efectos de la ignorancia y la insensatez, o de la superstición, como los paganos y los infieles han dicho a veces, sino que son justos, están construidos sobre bases sólidas y justificados por los terribles efectos de tu ira sobre los hombres impíos. . Tampoco se puede decir jamás de tu ira, como a menudo se dice de la muerte, que el miedo a ella sea peor que la cosa misma. Houbigant traduce las palabras así: ¿Quién conoce o considera el poder de tu ira; y tu ira, en la medida en que eres terrible?Es decir, en otras palabras: “A pesar de todas las manifestaciones de tu indignación contra el pecado, que introdujo la muerte y todas las demás calamidades entre los hombres, ¿quién hay que conozca, que considere debidamente y preste atención al poder omnipotente de esa indignación? " Evidentemente, aquí parece insinuarse algo más allá de los castigos del pecado en este mundo; porque esto es lo que los hombres sienten y experimentan. Pero, ¿quién conoce los espantosos castigos de un mundo futuro? Bueno, por lo tanto, esta reflexión es seguida por una oración devota en el siguiente versículo. Porque el conocimiento y la consideración que aquí se pretende son don de Dios.

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