Tu siervo apacentaba las ovejas de su padre. El joven héroe basa su confianza en cuatro argumentos: 1. Sobre el valor y el éxito con los que hasta ahora combatió a un león en un momento y a un oso en otro; enemigos llenos tan terribles como Goliat. 2. Sobre la incircuncisión de Goliat, enemigo del pueblo y pacto de Dios. 3. Con la plena seguridad de que Dios apoyará a cualquiera que se comprometa a castigar a este monstruo por su trato insolente de los israelitas como esclavos. 4.

Sobre la experiencia que ya había tenido del socorro y protección de la Providencia; una experiencia que lo persuade firmemente, que el mismo Dios que lo libró de la furia de leones y osos, no dejará de darle la victoria sobre Goliat, por formidable e invencible que parezca. No se sabe qué admirar más en estas reflexiones y cómo expresarlas; ya sea el valor de David, o su piedad y modestia.

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