Tu siervo apacentaba las ovejas de su padre. - Aquí sigue en el coloquio entre el rey y el niño esa narración simple y valiente que los niños escuchan con las mejillas encendidas, esa simple historia, que lleva el sello de la verdad en cada palabra, de lo que le había sucedido en los últimos días. Feroces animales salvajes, el terror de los pastores hebreos, habían atacado a su rebaño: a éstos los había encontrado y los había matado, casi sin armas.

Otro le había ayudado cuando cumplió con su valiente deber ; y sintió que el mismo Guardián invisible le daría valor y fuerza ahora en este encuentro más peligroso. Déjalo intentar. No había nada que temer; ¡ debe tener éxito, él y su Divino Ayudador!

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