Entonces dijo Saúl: Búscame una mujer que tenga un espíritu familiar. Totalmente desamparado por Dios, pero ansioso por escudriñar el futuro, Saúl, que había orado a Dios sin ningún propósito, ahora resolvió dedicarse a Samuel. ¿A qué no nos obligarán el miedo y la locura? En los días de su devoción, Saulo había cortado en parte, y en parte atemorizado, a esos magos y hechiceros, esos miserables execrables, las plagas de la sociedad y los enemigos de la verdadera religión, a quienes Dios mandó extirpar. Ver Levítico 20:27 . Deuteronomio 18:10 . Sin embargo, concluyó que algunos de ellos podrían haberse quedado o regresar. Preguntó, y fue informado [los príncipes nunca quieren ministros de travesuras] de una Pitonisa, que vivía no muy lejos, en En-dor,pequeña aldea de la tribu de Manasés, en el valle de Jezreel, al pie del monte Gilboa.

En consecuencia, esa misma noche se apresuró a ir a En-dor, se despojó de sus vestiduras reales, se disfrazó lo mejor que pudo y solo lo asistieron dos compañeros. Cuando llegó, rezó a la mujer para que adivinara por su espíritu familiar, es decir, que empleara su arte, en evocar de entre los muertos a la persona que debía nombrar; al mismo tiempo asegurándole, mediante un solemne juramento, que no le ocurriría ningún mal, a causa de lo que menciona en el versículo noveno. La mujer pregunta entonces a quién habría criado: él responde, Samuel. La mujer, sin duda, estaba a punto de continuar con sus encantos y encantamientos. Pero, contrariamente a lo que esperaba, en el momento en que Saúl mencionó el nombre de Samuel, la mujer vio una aparición y, con gran terror, gritó a Saúl:¿Por qué me has engañado? porque tú eres Saulo. Nuestros traductores han insertado la partícula cuando en el versículo 12, lo que avergüenza el sentido e implica que había pasado algún espacio de tiempo entre la solicitud de Saúl y la aparición de Samuel: mientras que el texto original es así, Cuando Saúl dijo, tráeme Saumel, luego sigue inmediatamente, y la mujer vio a Samuel, y lloró, etc.

Vio una aparición que no esperaba; ella conocía al profeta; conocía la veneración que Saúl le tenía; y sabía que su arte nunca le había mostrado a una persona de esa figura. Varias han sido las opiniones sobre esta aparición de Samuel. Por la manera en que hemos interpretado estos versículos, y que parece justa, no parece haber duda de que se trataba de una aparición real de Samuel, enviada por la intervención inmediata de Dios: pues tampoco se puede suponer que se tratara de un engaño. puesto sobre Saúl por esta hechicera, o que era un demonio que así asumió la forma de Samuel.

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