Para que sean irreprensibles. Algunos dirían esto a las viudas; pero el género de la palabra ανεπιληπτοι, más bien favorece que la refiramos ya sea a los diáconos, oa los oyentes de Timoteo en general; ya que es cierto que las viudas no eran las únicas personas que, en una ciudad tan lujosa como Éfeso, corrían el riesgo de caer en las sensualidades contra las que él les había estado advirtiendo.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad