Dos mulas carga de la tierra: deseaba la tierra de la tierra, porque la consideraba más santa y agradable a Dios, y apropiada para su servicio; o porque de esta manera él declararía su relación con el pueblo de Israel en la adoración verdadera, y constantemente se pondría en mente su gran obligación para con ese Dios de cuya tierra fue dada esta tierra. Él podría, de hecho, haber tenido suficiente de esta tierrasin pedírselo a nadie; pero deseaba que el profeta se lo diera, creyendo, tal vez, que el que pusiera tal virtud en las aguas de Israel, podría poner tanto en su tierra, y hacerla útil y beneficiosa para él de otra manera. Estos pensamientos en verdad eran infundados y extravagantes, pero excusables en un pagano y un novicio, aún no suficientemente instruidos en la religión verdadera.

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