Hablará grandes palabras: Símaco lee : Hablará grandes palabras, como el Altísimo; poniéndose por encima de todas las leyes divinas y humanas; arrogándose atributos divinos y títulos de santidad e infalibilidad. Exigir obediencia a sus ordenanzas y decretos, con preferencia y en abierta violación de la razón y las Escrituras; insultar a los hombres y blasfemar contra Dios. En las Decretales de Graciano, ¡el papa tiene el título de dios que se le otorga!

Y desgastará a los santos - Con guerras, masacres e inquisiciones, persiguiendo y destruyendo a los fieles siervos de Jesús, y a los verdaderos adoradores de Dios, que protestan contra sus innovaciones y rehúsan cumplir con la idolatría practicada en la corte de Roma. En lugar de, llevar a cabo, Houbigant lee, acechare, o esquemas de forma de engaño en contra. Pensará en cambiar los tiempos y las leyes; —Nombrar ayunos y fiestas, canonizar a los santos, conceder perdones e indulgencias por los pecados, instituir nuevas formas de culto, imponer nuevos artículos de fe, imponer nuevas reglas de práctica y revertir a voluntad las leyes de Dios y del hombre.

Y se les dará, & c.— Un tiempo, todos están de acuerdo, significa un año, y un tiempo y tiempos, y la división del tiempo, o medio tiempo, son tres años y medio: el antiguo año judío que consta de doce meses y cada mes de treinta días; un tiempo, y tiempos y medio tiempo, se cuentan enApocalipsis 11:2 ; Apocalipsis 6:14 como equivalente a cuarenta y dos meses, o mil doscientos sesenta días: y un día, al estilo de los profetas, es un año. Esto se afirma expresamente,Ezequiel 4:6y se confiesa, que las setenta semanas, en el cap. 9: de este libro, son semanas de años, y por lo tanto mil doscientos sesenta días son mil doscientos sesenta años. Hasta que el anticristo, o el cuerno pequeño, continuará; pero no es tan fácil determinar desde qué momento se debe fechar el comienzo de estos mil doscientos sesenta años. Parecería que deben computarse a partir del pleno establecimiento del poder del Papa; y no menos está implícito en la expresión entregada en su mano.

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