El Señor te mire y juzgue. Véase Génesis 16:5 y, para la última cláusula del versículo, Génesis 34:30 .

Han hecho que nuestro sabor sea aborrecido , o nos han hecho odiosos. La última cláusula del versículo, poner una espada en sus manos para matarnos, es proverbial; importar, "para darles un asidero para destruirnos".

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