Y aquí los hombres que mueren, & c.— Aquí [según la ley] los hombres que mueren toman el diezmo; pero allí, [en el caso de Melquisedec,] aquel, de quien se da testimonio de que vive. En cuanto al único punto de tomar diezmos, el caso fue el mismo tanto con los sacerdotes levitas como con Melquisedec: pero la diferencia aquí considerada, es la de los hombres que mueren, y de uno de quien se testifica que vive. Los hombres que murieron tuvieron sus sucesores, a quienes se les pagaba el diezmo regular y constantemente; pero no se dice que Melquisedec tuviera sucesor alguno, sino que él mismo continuaría como sacerdote para siempre. Entonces, así como un sacerdocio para siempre es superior a un sacerdocio sucesivo, tanto el de Melquisedec debe superar al de Aarón.

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