He venido en el nombre de mi Padre. Él vino con una comisión de su Padre celestial para promover su gloria y una salvación espiritual del pecado y de la ira; y produjo varios testigos irreprochables para establecer su carácter y oficios divinos; y sin embargo, debido a que se opuso a sus vicios, y no apareció con pompa mundana, ni les dio expectativas de riquezas seculares, honor y poder, no creyeron en él. Considerando que si cualquier otra persona acudiera a ellos en su propio nombre; es decir, sin una comisión de Dios, lo abrazarían gozosamente, siempre que asumiera la majestad de un rey y prometiera recompensas temporales a sus seguidores.

Los judíos dieron muchas pruebas importantes de este enamoramiento durante sus guerras con los romanos y un poco antes de la destrucción de su ciudad; pues entonces surgieron muchos impostores, haciéndose pasar por el Mesías y prometiéndoles liberación; con lo cual alejaron a grandes multitudes, como nos informa su propio historiador Josefo, y lo hemos observado en la nota sobre Mateo 24:26 .

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