Jefté pronunció todas sus palabras delante del Señor: Es evidente a partir de estas palabras, que Jefté era un hombre de religión verdadera y tenía un gran respeto por Dios; ya que, aunque el pueblo había hecho todo lo necesario de su parte, él no emprendería nada sin la aprobación de Dios; un comentario que será útil cuando consideremos el cumplimiento de su voto. De hecho, la embajada que envió al rey de Ammón, Josué 11:12 sirve para demostrar que no era menos justo que piadoso.

REFLEXIONES.— Habían pasado muchos días durante los cuales Jefté sufrió un exilio incómodo; pero habiendo sido notada la fama de su valentía, en su angustia de los hijos de Ammón, los hombres de Galaad pensaron en Jefté. En seguida,

1. Le envían una embajada honorable para invitarlo a tomar el mando de sus ejércitos. Estaban reunidos, pero querían una cabeza, y una como él mismo se había mostrado, un hombre de conducta y coraje; por tanto, le instan a que no les dé ninguna negación. Nota; Las providencias que, aparentemente, son nuestras mayores desgracias, a menudo son necesarias para prepararnos para la obra para la que Dios nos ha diseñado.

2. Jefté, al principio, los reprende por su mal uso de él. Parecería que sus hermanos estaban en la embajada, o que los ancianos de la ciudad se habían conjurado ante la violencia que le mostraba. Como debe parecer, que no fue el respeto por él, sino el respeto por ellos mismos, lo que produjo la invitación, con razón podría negarse a ir. Nota; En la angustia del alma, los hombres recurrirán a los ministros y al pueblo de Dios a quienes antes insultaban.

3. Reconocen su mal trato y le ruegan que los perdone y lo olvide, y que los acompañe a dirigir su ejército; y, como mejor recompensa que puedan hacer, ofrecerse a elegirlo capitán general de su tribu. Nota; (1.) Lo mínimo que podemos hacer cuando hemos herido a alguien es pedirle perdón. (2.) Nunca debemos despreciar ni pisotear a ningún hombre; porque no sabemos cuánto podemos necesitarlo antes de morir.

4. Demasiado generoso para retener el resentimiento, aunque justo, consiente en ayudarlos en su aflicción; pero primero les pregunta solemnemente acerca de su oferta: ¿Si realmente lo convertirían en su gobernante si el Señor los bendijera con éxito? Confirman lo que habían dicho con las seguridades más positivas, cuya verdad apelan a Dios; en esto, por lo tanto, los acompaña a Mizpa. Nota; (1.) En todo lo que tomamos en nuestras manos, debemos reconocer la bendición de Dios. (2.) Cristo, que ha luchado por nosotros, debe gobernar en nosotros y sobre nosotros. (3.) Ninguna herida debe hacernos implacables; debemos perdonar, como esperamos ser perdonados.

5. El conjunto se reconoce solemnemente en Mizpa entre Jefté y la asamblea. Luego expone el asunto al Señor, orando por dirección y éxito en la ardua empresa. Nota; (1.) Es probable que esa empresa termine bien si se comienza con una oración ferviente. (2.) En nuestros acuerdos, conviene ser explícitos y solemnes, para que después no haya lugar para retractarse.

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