El día de reposo del Señor en toda su dwellings- El sábado es primero mencionado brevemente, como la primera y principal de estas reuniones solemnes; en todo momento y en todo lugar para ser observado religiosamente, en todas sus moradas.

REFLEXIONES.— El sábado era una fiesta semanal, y todavía lo es, para todo verdadero creyente, que teme especialmente en la palabra y las ordenanzas de Dios. Se debía observar un santo descanso. Debemos descansar del pecado como del trabajo. Estaba previsto que hubiera una santa convocación. Nada en ese día debe impedir que esperemos juntos en los atrios de la casa de Dios, nada más que obras de necesidad. Nota; Si a los sirvientes se les impide el servicio Divino para proveer para nuestros cuerpos, cuando deberían estar alimentando sus propias almas, la culpa del quebrantamiento del sábado será contra los jefes de esa familia.

Y no sólo por convocatoria, sino en sus moradas debe guardarse el día de reposo; los deberes públicos son solo una parte del servicio; en ese día cada casa debe ser un templo, y resonar en oración y alabanza. Prostituir las horas de la tarde con vanidad, o con visitas o con holgazanería, es profanar el día, tanto como cuando abandonamos la asamblea del pueblo de Dios.

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