¡Oh generación, cavilad! Algunos leerían la última cláusula, τις υποδειξει; —¿Quién te advertirá que huyas? Un simple temor servil al castigo, dice el Dr. Heylin, no era motivo suficiente para una reforma total, y pronto desaparecería de sus mentes; Juan, por tanto, lo censura como defectuoso.

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