¿Para salvar una vida o para destruirla? Para que nuestro Señor pudiera desenmascarar la malicia y la superstición de los fariseos, apeló a los dictados de sus propias mentes, si no era más lícito hacer el bien en el día de reposo que hacer maldad; salvar que matar? Quería decir: "más lícito para él en sábado salvar la vida de los hombres, que tramar su muerte, sin la menor provocación". Esta fue una reprimenda severa pero justa, que en las circunstancias actuales debe haberse sentido con sensatez.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad