Y uno de la multitud respondió y dijo: - De la narración del hombre que tenemos ante nosotros, en respuesta a lo que Jesús dijo a los escribas: ¿Qué preguntas con ellos?parece que los escribas habían estado discutiendo con los discípulos acerca de la curación de este joven, que habían intentado sin éxito. Quizás su falta de éxito había dado a los escribas la ocasión de jactarse de que se había encontrado un diablo, que ni los discípulos ni su Maestro pudieron expulsar; pero afirmando los discípulos que este diablo, por obstinado que fuera, no podía resistir a su Maestro, el debate se alargó un poco: y a decir verdad, como Jesús ya había dado muchas demostraciones innegables de su poder, el comportamiento del los escribas en esto, como en todos los casos, descubrieron la infidelidad más criminal: por lo que no los trató peor de lo que merecían, al llamarlos una generación infiel y perversa,totalmente intolerable, porque se habían resistido a demostraciones de su poder suficientes para haber convencido a los más abandonados.

Él le responde y dice: —Él respondió al hombre diciendo a los escribas: ¡ Oh generación infiel y perversa! (ver Lucas 9:41 .) ¿Cuánto tiempo estaré contigo antes de que te convenzan? ¿Hasta cuándo te sufriré? ¿Debo soportar siempre tu infidelidad? Una reprimenda mucho más aplicable a los escribas que a los discípulos, cuyas malas ideas procedían más de la debilidad de la capacidad que de la perversidad de disposición; aunque incluso en ellos había mucha incredulidad. Al mismo tiempo, para poder dar una nueva demostración de la grandeza de su poder ante todos ellos, y avergonzar en particular la locura de los escribas, ordenó que le trajeran al joven. Compárese con Lucas 9:41 .

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