El Señor es su memorial : la persona de quien se dice aquí que el nombre Señor o JEHOVÁ es su memorial, no es otro que aquel a quien el patriarca encontró en Bet-el, quien allí habló con los israelitas en los lomos de su progenitor. Aquel a quien el patriarca encontró en Bet-el, quien allí, de esa manera, habló con los israelitas, fue, según el tenor del contexto, el antagonista con quien Jacob se emparejó después en Peniel. El antagonista, con quien fue emparejado en Peniel, luchó con el patriarca, como leemos en el libro de Génesis, (cap. Génesis 32:24 .) En forma humana. Tan pronto como terminó el conflicto, el patriarca reconoció a su antagonista como Dios, Génesis 32:30 . El santo profeta lo llama primeroángel, מלאךֶ malaak, Oseas 12:4 y después de mencionar la lucha o la colusión, y de la reunión y conferencia en Bet-el, dice, ( Oseas 12:5 ) que él, a quien había llamado ángel, era JEHOVÁ Dios de anfitriones. Y para hacer la afirmación de la divinidad de esta persona, si es posible, aún más inequívoca, agrega que a él le pertenecía, como su memorial apropiado, ese nombre, que declara la esencia misma de la divinidad.

Por tanto, este Hombre del libro del Génesis, este Ángel de Oseas, que luchó con Jacob, no podía ser otro que el JEHOVÁ-ÁNGEL, de quien tan a menudo leemos en la Biblia inglesa, bajo el nombre del Ángel del Señor: una frase de estructura desafortunada, y tan disconforme con el original, que es de temer, ha llevado a muchos al error de concebir al Señor como una persona y al Ángel como otra. La palabra del hebreo, mal traducida, el Señor, no es, como la palabra inglesa, un apelativo, que exprese rango o condición; pero es el nombre propio JEHOVÁ. Y este nombre propio Jehová no es, en hebreo, un genitivo después del sustantivo ángel sustantivo ,como lo representa el inglés; pero las palabras Jehová y Ángel, son dos sustantivos en aposición, ambos hablando de la misma persona; el uno, por el nombre apropiado de la esencia; el otro, por un título de oficio. Jehová-Ángel sería una mejor interpretación. El JEHOVÁ-ÁNGEL del Antiguo Testamento no es otro que Él, quien, en el cumplimiento de los tiempos, "fue encarnado por el Espíritu Santo de la Virgen María".

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