Pero gracias a Dios. - El futuro es tan seguro que el Apóstol habla de él como tema de acción de gracias presente; la victoria es una que Dios da ahora a través de Jesucristo. Su resurrección es la garantía de nuestra resurrección. Su muerte es el poder por el cual somos capacitados para conquistar ese yo inferior, de cuya crucifixión y muerte nos elevaremos a la vida incorruptible más elevada del día de la resurrección.

Con esta ferviente y entusiasta expresión de alabanza a Dios concluye el argumento. A través de argumentos históricos, morales, filosóficos; a través de explicaciones de la analogía de la naturaleza, y de la teología de la historia del Antiguo y del Nuevo Testamento, el Apóstol ha conducido a sus lectores, reivindicando la verdad e ilustrando el modo de la Resurrección de los Muertos. Proyecta su mente hacia el futuro y, parado en sus pensamientos con la Humanidad rescatada y resucitada después de que la muerte ha sido vencida y la tumba ha sido arruinada, se une al grito de alabanza triunfante que luego ascenderá a Cristo y a Dios.

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