Al Señor le agradó hacerte su pueblo. - La simple doctrina de la elección, hasta donde podemos ver, basada únicamente en la voluntad arbitraria de Dios (aunque, sin duda, invisible para nosotros, existen razones profundas para cada elección aparentemente arbitraria) - se enuncia aquí. La analogía de la vida cotidiana enseña la misma verdad. “Hace un vaso para honra y otro para deshonra”. Estas cosas son para nosotros inescrutables.

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