Por amor de su nombre Es decir, por su propio honor, que sufriría mucho entre los hombres, si no preservara y librara a su pueblo en peligros inminentes. Y por esta razón Dios alega, quitarlos de toda presunción de sus propios méritos; y asegurarles que si verdaderamente se arrepintieran de todos sus pecados y sirvieran a Dios con todo su corazón, aun en ese caso, su salvación no se debería a sus méritos, sino al efecto de la misericordia gratuita de Dios. Para hacerte su pueblo Por su propia gracia, sin ningún mérito tuyo, y por lo tanto no te abandonará, a menos que lo rechaces.

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