Y nuestra esperanza en ti es firme. - Mejor, nuestra esperanza en tu nombre. La oración se introduce como una especie de paréntesis conectado con la palabra "perseverar". No había usado esa palabra a la ligera, menos aún como un reproche tácito, como si les faltara aguante. Su esperanza por ellos, por su salvación en el más amplio sentido de la palabra, nunca había sido más fuerte que en ese momento.

Así seréis vosotros también de consolación. - Mejor, tú también. El verbo no está expresado en griego, pero es más natural suministrarlo en el tiempo que se había usado antes. La versión inglesa prácticamente diluye la esperanza arrojándola a un futuro, que puede ser cercano o lejano, en lugar de conectarlo con el presente real. El Apóstol no podía dudar ni por un momento de que ellos eran en ese mismo momento partícipes tanto del consuelo como de los sufrimientos.

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