Mis cuatro dolorosos juicios. - La enseñanza de los ocho versículos anteriores se recoge aquí en su clímax. En el caso de cualquiera de los cuatro castigos mencionados en sucesión, la presencia del más santo de los hombres debería ser inútil para evitarlo; cuánto más, entonces, cuando todos estos se combinen en el juicio sobre Jerusalén, será imposible detener su ruina.

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