Estas palabras de Esaú. - Aunque hablado “en su corazón”, evidentemente Esaú no había ocultado su malvado propósito, y Rebeca, por lo tanto, decide enviar a Jacob a la casa de su padre, no solo por seguridad, sino para que él pudiera tomar una esposa de entre sus propios parientes. Ahora se le reconocía formalmente como heredero de la primogenitura y de las promesas hechas a Abraham y, por lo tanto, debía ajustarse al principio establecido en el caso de su propio padre y casarse con un miembro de la familia de Nacor.

“Ella envía, por tanto, y lo llama” a su tienda, y consulta en secreto con él; y Jacob consiente en emprender este viaje lejano. Así, la separación de madre e hijo y el viaje largo y doloroso son el resultado inmediato de sus intrigas.

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