Me habéis molestado. - La timidez de Jacob lo llevó a pensar primero en el peligro que resultaría de la conducta de sus hijos, y solo después en la crueldad y traición de su acto. Comentó esto en su lecho de agonía con palabras de adecuada reprobación, pero su reproche ahora es singularmente débil, y la réplica de sus hijos justa. Si el peligro fuera todo, esto no tendría ningún peso cuando se hubiera cometido un daño vergonzoso; pero al vengar este mal habían cometido un crimen de un tinte más profundo

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