Este hombre persuade a los hombres a adorar a Dios en contra de la ley. - Es obvio que en esta apelación al procónsul los judíos deben haber querido decir, no la ley de Moisés, sino la de Roma. Su argumento era que, aunque los judíos habían sido desterrados de Roma como medida de política, el judaísmo como tal seguía siendo un relligio licita, tolerado y reconocido por el Estado. Su acusación contra el Apóstol era que estaba predicando una nueva religión, que no era tan reconocida. Las palabras "este hombre", aunque el sustantivo es una interpolación, expresa con justicia el desprecio implícito en el uso del pronombre griego.

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