La voz del Señor vino a él. - El discurso concuerda con Éxodo 3:4 al atribuir la voz al Señor, el Eterno, mientras que la manifestación visible fue la del ángel del Señor. Difícilmente pertenece a la interpretación del discurso discutir la relación entre los dos enunciados. Hablando en general, se puede decir que todas, o casi todas, las teofanías o manifestaciones divinas, en el Antiguo Testamento dirigidas al sentido de la vista se resuelven en angelophanies, todas manifestaciones dirigidas exclusivamente al sentido del oído en revelaciones del Hijo, como el LOGOS, o PALABRA eterna.

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