Vuélvete, hijos rebeldes ... - Perdemos, como antes, la fuerza de la repetición hebrea de la misma raíz, Vuélvete, hijos que te has vuelto, yo sanaré tus giros. Como suele ocurrir en la poesía hebrea, tenemos la respuesta a la invitación dada en forma dramática, y escuchamos el grito - casi podríamos llamarlo la letanía - de los suplicantes: "He aquí, venimos a ti". Por fin reconocen a Jehová como su único Dios verdadero.

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