De la espada, de su boca. - Es simplemente una cuestión de sutileza gramatical si consideramos la espada como saliendo de su boca, o como idéntica a lo que sale de ella, o como la primera de las tres cosas de las que los pobres son liberados. Es digno de mención especial que el Señor es así concebido y representado como el Salvador y el Salvador de aquellos que no tienen salvador. ¿No es esta una idea confinada al círculo de los escritos sagrados? En todo caso, en ellos abunda y predomina tanto que es preeminente, si no exclusivamente, característico de ellos.

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