Si fueras puro y recto. - Por supuesto, entonces, solo hay una inferencia: no eres puro y recto. Estas son en verdad las heridas de un amigo que no es fiel. Bildad aporta al mantenimiento de su punto la experiencia de generaciones anteriores. Quiere ser muy ortodoxo en sus afirmaciones y basar sus afirmaciones en la autoridad, y apela a la experiencia de épocas pasadas hace mucho tiempo, y las llama a dar fe de la verdad de lo que dice.

Él también, como Elifaz, usa figuras y recurre a la metáfora, solo sus figuras son muy oscuras y admiten varias explicaciones. Damos lo que parece ser más recomendable para nosotros. Parece, entonces, que Bildad contempla dos personajes representativos, los dos que son tan prominentes a lo largo de este libro, a saber, los justos y los malvados. Él describe a este último primero, y lo describe bajo la semejanza de la caña de papel, o junco que crece en el fango de los pantanos egipcios, que, aunque está rodeado de humedad, de hecho, es probable que pronto se marchite: así es. el malvado, según este moralista y filósofo. Está rodeado de misericordias y bendiciones, pero de nada le sirven; se seca en medio de la abundancia.

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