Come lo que te pongan delante. - La forma precisa del precepto es peculiar de San Lucas, pero el espíritu es el mismo que el de las palabras que se habían dicho a los Doce. Los predicadores evangelistas debían aceptar cualquier cosa que les fuera proporcionada por un anfitrión dispuesto, y evitar incluso la apariencia de preocuparse por las comodidades externas.

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