Luego Eliasib. - El relato comienza con el debido honor al sumo sacerdote y al sacerdocio.

La puerta de las Ovejas estaba en las cercanías del barrio de los sacerdotes. Por él pasaban las víctimas para el sacrificio, siendo primero lavadas en el estanque vecino de Betesda. Estando construida, “la santificaron”, como prenda de la posterior consagración de toda la muralla. Su obra y su santificación se extendieron a dos pueblos cercanos uno del otro en la esquina noreste.

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