CAPÍTULO III.

El apóstol se encomienda a sí mismo y a sus hermanos a las oraciones

de la Iglesia, para que su predicación tenga éxito, y

para que sean librados de los hombres impíos , 1, 2.

Expresa su confianza en Dios y en ellos, y ora para que

esperen pacientemente la venida de Cristo , 3-5.

Les da instrucciones acerca de la estricta disciplina en la

Iglesia; y muestra cómo él y sus compañeros de trabajo se habían comportado

entre ellos, no valiéndose de su propio poder y autoridad , 6-9.

Les muestra cómo tratar a las personas desordenadas y ociosas,

y como no cansarse de hacer el bien , 10-13.

Les indica que no se asocien con aquellos que no obedecen las órdenes

contenidas en esta epístola , 14, 15,

ora para que tengan una paz cada vez mayor , 16,

Y concluye con su salutación y bendición , 17, 18.

NOTAS SOBRE EL CAP. tercero

 

verso 2 Tesalonicenses 3:1Finalmente, hermanos... Las palabras το λοιπον no significan finalmente, sino, además, llegar a una conclusión; lo que queda es esto -sólo añadiré-, cualquiera de estas frases expresa el sentido del original.

Ruega por nosotros... Dios, en el orden de su gracia y providencia, ha hecho que incluso el éxito de su Evangelio dependa, en cierta medida, de las oraciones de sus seguidores. No podemos decir por qué lo ha hecho, pero sabemos que lo ha hecho; y no son pocos los criminales que descuidan hacer fervientes súplicas por la prosperidad de la causa de Dios.

Que tenga libre curso... Debían orar para que la doctrina del Señor, ὁ λογος του Κυριου, pudiera correr, τρεχη, en alusión a las carreras de los juegos olímpicos: que, como ya había entrado en el estadio o pista de carreras, y había empezado limpiamente, así pudiera correr, llegar a la meta y ser glorificado; es decir, ganar la corona, señalada para el que llegara primero al final del recorrido.

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