Verso Éxodo 33:18. Muéstrame tu gloria. Probablemente Moisés deseaba ver lo que constituye la gloria particular o la excelencia de la naturaleza divina en relación con el hombre. Muchos piensan que esto significa su eterna misericordia al enviar a Cristo Jesús al mundo. Moisés percibió que lo que Dios estaba haciendo ahora tenía los más importantes y graciosos designios que por el momento no podía descubrir con claridad; por eso desea que Dios le muestre su gloria. Dios promete graciosamente complacerle en esta petición en la medida de lo posible, proclamando su nombre, y haciendo pasar por delante de él toda su bondad Éxodo 33:19. Pero al mismo tiempo le asegura que no podría ver su rostro, la plenitud de sus perfecciones y la grandeza de sus designios, y vivir, ya que ningún ser humano podría soportar, en el estado actual, este pleno descubrimiento. Pero añade: Verás mis partes traseras, את אחרי eth achorai, significando probablemente esa apariencia que debería asumir en tiempos posteriores, cuando se dijera: Dios se manifiesta en la carne. Esta apariencia tuvo lugar, pues encontramos a Dios poniéndolo en una hendidura de la roca, cubriéndolo con su mano, y pasando de tal manera que exhibe una similitud humana. Es posible que Juan tuviera esto en cuenta cuando dijo: El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, lleno de gracia y de verdad, y VIMOS SU GLORIA. Lo que era esta gloria y lo que implicaba esta gracia y verdad, lo veremos en el capítulo siguiente.

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