Versículo 20. Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú...  Creyó que Dios cumpliría su promesa a su posteridad; y Dios le dio a ver lo que les sucedería en sus futuras generaciones. El apóstol no parece insinuar que uno sea objeto del odio divino, y el otro del amor divino, en referencia a sus estados eternos. Esto es enteramente un descubrimiento de épocas posteriores. Para una amplia consideración de este tema, Génesis 27.

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