Verso Hechos 10:11Y vio el cielo abierto... Su mente, ahora enteramente espiritualizada, y absorbida en la contemplación celestial, fue capaz de descubrir el mundo espiritual; un mundo que, con su πληρωμα, o plenitud de habitantes, nos rodea en todo momento; pero que somos incapaces de ver a través del denso medio de la carne y la sangre, y sus pasiones terrenales necesariamente concomitantes. Sin embargo, mucho de ese mundo y de su economía puede ser aprehendido por aquel que está purificado de toda inmundicia de la carne y del espíritu, y que ha perfeccionado la santidad en el temor de Dios. Pero este es un tema al que el entusiasta intenta ascender en vano. El trabajo turbulento de su imaginación, y las burdas crudezas terrenales que desea imponer al mundo como revelaciones de Dios, ofrecen una refutación suficiente de sus propias pretensiones blasfemas.

Una gran sábana, unida por las cuatro esquinas...  Tal vez pretendía ser un emblema del universo, y de sus diversas naciones, a cuyas cuatro esquinas debía extenderse el Evangelio, y ofrecer sus bendiciones a todos los habitantes, sin distinción de nación.

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