Versículo Job 30:4 . Quien cortó malvas junto a los arbustos. מלוח malluach, que traducimos como malva, viene de מלח melach, sal; alguna hierba o arbusto de naturaleza salina, verdolaga de mar, o la salsaria, salsola o hierba salada. Bochart dice que es el αλιμος de los griegos, y el halimus de los romanos. Algunos lo traducen como ortigas. El siríaco y el árabe omiten todo el verso. El halimus, o atriplex halimus, crece cerca del mar en diferentes países, y se encuentra en España, América, Inglaterra y Berbería. La salsaria, salsola, o salicaria, es un extenso género de plantas, varias comunes en Asia, y no pocas autóctonas de un suelo seco y arenoso.

Y raíces de enebro para su carne.  רתמים Y las raíces de enebro por su carne]. רתמים rethamim. Se traduce como enebro, retama, tojo, aulaga o ballena. Se supone que su nombre proviene de la dureza de sus ramas, ya que רתם ratham significa atar; y esto responde bastante bien a la escoba. Genista quoque vinculi usum praestat, "La escoba sirve para las bandas", dice PLINY, Hist. Nat. lib. xxiv., c. 9. Pero, ¿cómo se puede decir que se comían las raíces de este arbusto? No encuentro ninguna prueba de los escritores asiáticos de que las raíces del enebro fueran un artículo de alimentación; y algunos han supuesto, debido a esta falta de evidencia, que la palabra לחמם lachmam, para su pan, debe entenderse así, para hornear su pan, porque es bien sabido que la madera del enebro da un calor intenso, y las brasas de él duran mucho tiempo; y por eso encontramos carbones de enebro, גחלי רחמים gachaley rethamim, usado Salmo 120:4 para expresar un castigo severo y duradero. Pero que las raíces del enebro se utilizaban como alimento en los países del norte, entre los godos, tenemos un testimonio positivo de Olaus Magnus, él mismo un godo, y arzobispo de Upsal, en el lib. vii., c. 4, de su Hist. de Gentibus Septentrionalibus. Hablando de la gran cantidad de árboles diferentes en sus bosques, dice: "Hay una gran cantidad de hayas en todas las partes del norte, cuya virtud es esta: que, al ser cortadas entre la corteza y la madera, emiten un jugo que es bueno para beber. Su fruto, cuando hay hambre, sirve de pan, y su corteza, de ropa. Asimismo, las bayas del enebro, e incluso las raíces de este árbol, se comen como pan, como atestigua el santo Job, aunque es difícil llegar a ellas a causa de sus espinas: en estas espinas, o en los espinos, hay carbón vivo que dura todo un año. Si los habitantes no los apagan, cuando se levantan vientos incendian los bosques y destruyen todos los campos circundantes". En este relato, tanto las propiedades del enebro, a las que se refieren Job y David, son mencionadas por el prelado godo. Utilizan sus bayas y raíces como alimento, y su madera como fuego.

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