Verso 41. Encuentra a su propio hermano Simón... Todo descubrimiento del Evangelio del Hijo de Dios produce benevolencia, y lleva a aquellos a quienes se lo hace a comunicarlo a otros. Los que encuentran a Jesús hallan en él un tesoro de sabiduría y conocimiento, mediante el cual no sólo pueden enriquecerse ellos mismos, sino ser instrumentos, de la mano de Dios, para enriquecer a otros. Estos discípulos, habiendo probado la buena palabra de Cristo, no quisieron comer solos su pan, sino que fueron a invitar a otros a participar con ellos. Así se difundió el conocimiento de Cristo: uno invitaba a otro a venir y ver: Jesús recibió a todos, y el número de discípulos aumentó, y los oyentes atentos fueron innumerables. Todo hombre que ha sido llevado a conocer a Dios debe procurar traer, por lo menos, a otro con él; y su primera atención debe fijarse en los de su propia casa.

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