Primero encuentra , etc.... al Cristo , es decir, al Ungido , no dotado de unción corporal, sino de gracia espiritual, tanto la de la Unión Hipostática, como la gracia que era habitual y especialmente excelente. Esta última fue la gracia por la cual como hombre fue creado por Dios, y como consagrado, primero sacerdote, segundo maestro, tercero profeta, cuarto rey, quinto legislador, sexto, Redentor del mundo.

El griego es τόν Μεσσίαν , es decir , ese Cristo, ese Ungido : el único, especial Profeta, predicho por los demás, a quien todos esperaban ansiosamente como el Restaurador de Israel. Entonces Eutimio.

Hemos encontrado al Mesías , a quien tú y yo esperamos con ansias. Objeciones por las que parece que tanto Andrés como Pedro, en parte por los oráculos proféticos, y en parte por el testimonio de Juan, estaban inflamados en el deseo de ver a Cristo. Porque, como dice Beda: "Nadie encuentra sino el que busca; el que dice que ha encontrado, demuestra que ha estado buscando durante mucho tiempo". Eutimio, siguiendo a S. Crisóstomo, como acostumbra, dice: "Este es el discurso de uno que está muy contento: Hemos encontrado a Aquel a quien buscábamos, a quien esperábamos que viniera, a quien anunciaban las Escrituras.

Andrés, por tanto, para poder comunicar su gran alegría al encontrar a Cristo, exclama a su hermano Pedro: “ Hemos encontrado al Mesías. Por lo cual, como dice S. Crisóstomo, "ya no volvieron más a San Juan, sino que estaban tan íntimamente unidos a Cristo, que asumieron el oficio de Juan, y ellos mismos predicaban a Cristo".

De aquí aprendemos, moralmente , que Dios por su gracia se encuentra con el alma anhelante, y la llena de tal manera que puede desearlo y tener más sed de él. Sí, Dios suele poner primero este deseo de sí mismo en el alma, para que así pueda preparar el alma para sí mismo y sus dones, y hacerla capaz de recibirlos.

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