Verso 26. Me buscáis, no porque hayáis visto...  Aunque el milagro de los panes fue uno de los más asombrosos que jamás se haya producido en la tierra, y aunque este pueblo tenía, por el testimonio de todos sus sentidos, la prueba más convincente de su realidad, sin embargo, encontramos que muchos de ellos le prestaron poca atención, y no consideraron la mano omnipotente de Dios en él más que para satisfacer las demandas de su apetito. La mayoría de los hombres están dispuestos a recibir el bien temporal de las manos de Dios; pero hay pocos, muy pocos, que estén dispuestos a recibir las bendiciones espirituales.

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