Versículo 25. Oh necios y lentos de corazón para creer... Hombres desconsiderados, llamados así con toda justicia, porque no habían atendido debidamente a la descripción que los profetas hacían del Mesías, ni a sus enseñanzas y milagros, como pruebas de que sólo ÉL era la persona que describían.

Lentos de corazón - Retraídos, no son fáciles de persuadir de la verdad, cediendo siempre a la duda y a la desconfianza. Esta misma imperfección en ellos es una fuerte evidencia de la verdad de la doctrina que luego creyeron y proclamaron al mundo. Si no hubieran tenido la más plena seguridad de estas cosas, nunca las habrían creído; y no es un pequeño honor para las Escrituras del nuevo pacto que tales personas fueran elegidas, primero, para creerlas; segundo, para proclamarlas en el mundo; y, tercero, para morir en la evidencia de esas verdades, cuya bendita influencia sintieron en sus propios corazones, y ejemplificaron plenamente en sus vidas.

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