Verso Mateo 15:28. Oh mujer, grande es tu fe...  Los obstáculos que se le pusieron en el camino de esta mujer solo tendieron a incrementar su fe. Su fe se asemeja a un río, que se ensancha por los diques que se le oponen, hasta que al fin los barre por completo con él,

Su hija fue sanada...  La fe y la oración perseverantes son casi omnipotentes. Nadie puede así orar y creer sin recibir todo lo que su alma requiere. Esta es una de las mejores lecciones del libro de Dios para un penitente o un creyente desanimado. ¡Mira a Jesús! Tan seguro como Dios está en el cielo, seguramente te escuchará y te responderá a la salvación eterna de tu alma. No te desanimes por un pequeño retraso: cuando estés debidamente preparado para recibir la bendición, la tendrás. Busca, tu salvación está cerca. Jesús admira esta fe, con el fin de que podamos admirarla e imitarla y cosechar los mismos frutos y ventajas de ella.

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